ROSALES
Para mantener sanos los rosales hay que tratarlos periódicamente con un producto polivalente, que sea capaz de actuar sobre insectos y hongos a la vez; aplicándolo cada 15 o 20 días desde que los brotes tienen entre 10 y 20 centímetros de largo, hasta mediados de septiembre. Para controlar el ataque de plagas y hongos concretos, existen también tratamientos específicos.
Aquí os dejamos una lista de las plagas y enfermedades más comunes que atacan a nuestros rosales.
- Oídio (Sphaerotheca pannosa)
Síntomas: Ataca sobre todo en primavera y otoño, ya que las altas temperaturas detienen su desarrollo, a los rosales que crecen en terreno seco cubriendo con un fino polvo blanco hojas y flores.
Prevención: En invierno, tras la poda, tratar con un fungicida sistémico (formulado con benomilo, azufre, caldo bordeles ,dinocap, equisetonina) que evite o limite su aparición. Mantener el suelo siempre con cierta humedad.
Tratamiento: Los tejidos atacados mueren, así que lo mejor es podar las partes afectadas y aplicar un fungicida de contacto para que no se extienda.
- Roya (Phragmidium mucronatum)
Síntomas: Este hongo provoca la caída de las hojas afectadas y un debilitamiento general del rosal. Ya que produce manchas amarillentas en el haz y, especialmente abultamientos con esporas en el envés de las hojas de la zona más baja de la planta. Favorecen su aparición las temperaturas suaves (en torno a los 20º) y la humedad constante.
Prevención: Tratar con un fungicida formulado con óxido de cobre o equisetonina y eliminar las hojas caídas porque en ellas hibernan las esporas que atacarán en primavera.
Tratamiento: Si ya se ha manifestado, tratar principalmente con formulados de oxicarboxina, maneb o triforina.
- Míldiu (Peronospora sparsa)
Síntomas: Se reconoce por la aparición de manchas entre púrpuras y blancuzcas que van oscureciéndose hasta la caída total de la hoja. Esta aparece en las hojas, capullos y flores y provoca un fuerte debilitamiento de la planta e importantes pérdidas foliares. Se desarrolla en condiciones de mucha humedad, poco viento y temperaturas medias.
Prevención: Con fungicidas basados en óxido de cobre ,caldo bordeles,o equisetonina.
Tratamiento: Podar las partes afectadas y aplicar fungicidas sistémicos con metalaxil-cobre o fularaxil, eficaces tanto para tratar las plantas afectadas como para prevenir la enfermedad.
- Mancha negra (Marssonina rosae)
Síntomas: Este hongo ataca sobre todo la parte baja de la planta y puede defoliar toda esta zona. Aparecen manchas oscuras que se van haciendo más grandes, la hoja va amarilleando hasta que cae. Favorecen su crecimiento las temperaturas suaves y la humedad ambiental.
Prevención: Los tratamientos contra el oídio y el míldiu a base de benomilo, maneb o triforina, evitarán que se desarrolle la mancha negra.
Tratamiento: Eliminar las hojas dañadas y las que han caído al suelo. Tratar con óxido de cobre o equisetonina.
- Pulgón (Macrosiphum rosae)
Síntomas: Estos insectos de color verde o marrón atacan principalmente los brotes tiernos y los botones florales succionando la savia, con lo que debilitan la planta y deforman las hojas y flores. Además cuando aparecen pulgones suele aparecer la negrilla, un hongo que, aunque no es dañino, afea mucho el aspecto del follaje. La presencia de hormigas puede indicar que hay pulgones, cuya melaza las atrae.
Prevención y tratamiento: Fumigar con agua jabonosa, piretrinas, purín de ortigas o insecticidas con metomilo o acefato, cada 10-15 días. Las mariquitas sirven para su control biológico.
- Araña roja (Tetranychus urticae)
Síntomas: Estos pequeñísimos ácaros de color rojizo que viven en el envés de las hojas provocan defoliación y debilitamiento de la planta. Se desarrollan en condiciones de calor y sequedad.
Prevención: Tratar con azufre, o caldo bordeles antes de que aparezcan.
Tratamiento: Si la plaga se ha manifestado, aplicar un acaricida formulado son cihexaestan (arañas adultas) o dienocloro (huevos), procurando mojar el envés de las hojas.
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